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sábado, 16 de mayo de 2015

Nuestras creencias limitantes

El 6 de mayo de 1954 se producía un hecho sin precedentes. Roger Bannister, atleta norteamericano, se convertía en la primera persona en superar correr una milla en menos de 4 minutos, Hasta esa fecha, superar esa marca no solo era visto como imposible sino que científicos afirmaban que tan solo intentarlo podría traer graves consecuencias a la salud de los atletas y hacer peligrar su propia vida. Roger Bannister lo hizo. 46 días después, su tradicional rival también rebajaba los 4 minutos y durante los años siguientes, romper dicha marca de 4 minutos se convirtió en algo natural.

¿Qué había pasado?, simplemente que durante mucho tiempo los atletas estuvieron invadidos por creencias limitantes que impidieron lograr llegar a ese resultado y bastó que tan solo uno de ellos alcanzara el objetivo para que todos pudieran llegar con facilidad.

¿Cuántas veces nos hemos dicho que nunca podremos llegar a cumplir algún sueño u objetivo?. ¿Recuerdas el resultado?. Lo más probable es que tu auto profecía se cumplió. Somos resultado de nuestros propios pensamientos. Nuestros pensamientos son predicciones de nuestro futuro.

¿Y si cambiamos esos pensamientos por pensamientos que nos lleven a cumplir lo que queremos?.

Si deseas ser o tener algo no es suficiente únicamente imaginarlo ni desearlo sino también actuar como si ya lo eres o lo tienes. ¿Por qué cuando crecemos dejamos de imaginar y creer igual a como lo hacíamos desde niños?.

“Saca toda la basura que hay dentro de ti”, decía el personaje de Nick Nolte en esa brillante película llamada “Guerrero pacífico” (demás está decir que te la recomiendo). Es cierto. Al igual que al alimentarnos solemos llenar nuestro cuerpo de restos tóxicos que enferman nuestro cuerpo, nuestros pensamientos y creencias limitantes contaminan nuestra mente y la programan para cumplir aquello que pensamos…precisamente aquello que decimos no desear pero con nuestros pensamientos lo atraemos.


Somos un resultado y nuestra mente nos programa para cumplirlo. No pierdas el tiempo llenado de basura tu mente, libérate.

domingo, 23 de noviembre de 2014

La importancia de disfrutar el proceso y no solo el objetivo

Suelen educarnos para creer que la felicidad y el placer se encuentra en el resultado y no en el proceso. En la escuela nos enseñan a estudiar muy duro para obtener una alta calificación, en el trabajo nos estimulan a dar lo mejor que tengamos para alcanzar una cuota de venta o un objetivo planificado, en el deporta nos dicen que la gloria está en el triunfo, en la vida de pareja damos todo por conseguir el amor de un hombre o una mujer con el fin de alcanzar nuestro objetivo final: matrimonio, en el sexo solemos darlo todo para alcanzar un orgasmo como si todo el placer de un encuentro sexual se basa en el orgasmo, etc.

Somos una generación educada para creer que la felicidad y el placer se encuentra en el resultado y no en el proceso y por ello millones de personas se entregan al máximo diariamente para alcanzar dicho resultado. Lo malo es que la alegría o el placer que genera ese resultado es simplemente momentáneo y posteriormente la misma persona tendrá que volver a trabajar duro  por conseguir un nuevo resultado el cual disfrutará nuevamente muy brevemente.

El mayor de los errores que solemos cometer es que cargamos demasiadas esperanzas y expectativas en dicho resultado y al hacerlo dejamos de disfrutar del proceso pues nuestra felicidad y placer depende únicamente de dicho resultado. Si lo conseguimos, maravilloso, tenemos un día o unas horas de placer y éxtasis absoluto, si no o conseguimos depresión total. Curiosamente, cuando dejamos de darle tanta importancia al resultado y empezamos a disfrutar del proceso es cuando más fácilmente llegamos a ese resultado.

Nuestra vida es como el agua que corre por un río, muchas veces somos nosotros los que solemos poner piedras en el camino y al hacerlo, hacemos que el agua de dicho río no fluya con naturalidad. Eso pasa al centrarse en el resultado. Al depositar tanta expectativa en él, al depender tanto de él, solemos llenarnos de miedos y creencias limitantes para defendernos si es que no llegamos a ese resultado y hacerlo, colocamos piedras en ese camino para llegar al objetivo.

Cuando nos despreocupamos del objetivo, comenzamos a despejar las piedras del camino y el agua fluye con mayor rapidez y naturalidad, llegando más rápidamente a dicho objetivo y disfrutando de todo el proceso para alcanzarlo.

Seamos agua, nuestra vida es única, corta e irrepetible, aprendamos a disfrutar de procesos y no de resultados y verás que nuestra felicidad ni placer será tan corta.

Luis Quiroz
Coach y asesor en bienestar y gestión de la felicidad
Autor del libro: “Vivir feliz”


luisqm320@hotmail.com, 955455778 (Lima-Perú)