En el año 2004, Juan Mann regresa
a su país natal, Australia. Allí encuentra que sus padres acababan de
divorciarse, su abuela había fallecido y su prometida lo dejaba. A causa de
ello, él corre riesgo de caer en una profunda depresión pero para evitarlo,
asiste a una fiesta en donde una desconocida le regala un abrazo. A partir de
allí, decide salir a la calle a regalar abrazos a la gente que caminaba por
una de las principales calle de Sidney. Una persona le grabó y colgó ese video
en Youtube. Desde allí se generó en el mundo un movimiento conocido como Free
Hugs Campaig o “abrazos gratis”.
Solemos ir por el mundo
obsesionados por consumir y acumular bienes y propiedades que logren “elevar
nuestro estilo de vida” y con ello creemos poder alcanzar la “felicidad”. Lo
triste es que dicho sueño se evapora cada vez que adquirimos algo puesto que
una vez adquirido estamos en busca de poder adquirir un nuevo bien pues sin
ello nos sentimos no realizados e incompletos. Es como una droga la cual si la
dejamos de consumir nuestra vida se convertirá en un infierno.
Muy pocas veces nos damos un
tiempo para detenernos en nuestra vida y conversar con nosotros mismos. Muy
pocas veces nos damos el tiempo para disfrutar de momentos en los cuales demos
espacio a abrazar a nuestros seres queridos y sentir el calor de su piel
fundido con el nuestro.
Un abrazo no solamente nos
proporciona una sensación de bienestar general sino que reduce nuestro apetito
a causa de la depresión que sentimos. Es una excelente medicina física y
emocional que hace que nuestro sistema inmunitario se fortalezca, levanta
nuestra autoestima, reduce nuestro stress, mejora nuestro humor, reduce
nuestros miedos, refuerza la seguridad y confianza en nosotros mismos y
fortalece nuestras relaciones de pareja.
Al abrazarnos a nuestra pareja liberamos una gran cantidad de oxitocina, la hormona del cariño, reduciendo
los niveles de cortisol, reduciendo nuestro stress y generando un mayor vínculo
con nuestra pareja. Está demostrado que los hombres que suelen abrazar a su
pareja son menos propensos a la infidelidad.
No vivas obsesionado por acumular
bienes los cuales en tu lecho de muerte no te servirán de nada. Acumula
experiencias, acumula vivencias, acumula abrazos, acumula amor. No sabes cuánto
poder acumulas con ello y cuanta felicidad y salud genera en tu vida. Saludos
Luis Quiroz
Coach y asesor en bienestar y gestión de la felicidad
Autor del libro: “Vivir feliz”
luisqm320@hotmail.com, 955455778 (Lima-Perú)
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