En mi anterior artículo comentaba acerca de las
diferencias entre tener un ego elevado y una autoestima sana.
En este artículo quisiera referirme a lo costoso
que resulta mantener dicho ego y el querer tener una autoestima sana.
Juan y Sofía trabajan en la misma empresa, ambos
poseen cargos de importancia dentro de la misma corporación y sus honorarios
son superiores a los del mercado laboral. Juan y Sofía consideran que por ello
deben mantener un estilo de vida “apropiado”. Para ello no buscan las ofertas
sobre prendas de vestir, compran ropa de marcas exclusivas, adquieren
camionetas 4x4 cuyos costos son los más caros del mercado (sin contar el alto
costo monetario y emocional que representa darle mantenimiento, pagar seguros,
estacionamiento, gasolina, afrontar y luchar diariamente contra el tráfico,
pelear por un estacionamiento, entre otros costos), celular con infinidad de
aplicaciones, suscripción a diversos clubes, viajes, etc. Sofía es madre
soltera, tiene un hijo de 5 años y debe además, pagar la mensualidad de su hijo
en uno de los colegios más exclusivos de la capital (lugar donde va la mayoría
de los hijos de sus principales clientes), llevarlo los fines de semana a
centros de entretenimiento para niños o Fodd Court con el fin de entretener a
los niños y calmar su hiper actividad (hiperactividad que debe en mucho el
consumo de gaseosas cuyo colorante “Tartrazina” aumenta las alergias en el niño
y estimula su hiper actividad), etc. Juan y Sofía tienen un alto estilo y un costoso
estilo de vida, con muy poca capacidad de ahorro (Juan incluso está sobre
endeudado) teniendo que hacer horas
extras y tener (en el caso de Sofía), un segundo trabajo, para poder cumplir
con pagar las deudas. La próxima década ambos gastarán gran parte del tiempo de
su vida en trabajar para poder pagar sus deudas (ambos suelen hacer pagos y
pedir créditos con mucha frecuencia), con lo cual tendrán escasez de tiempo
para disfrutarlo con sus seres queridos y con ellos mismos.
Ambos ya sienten los estragos en su salud, pagan altos costos por sus
seguros de salud y toman abundante medicación por sus problemas de gastritis,
úlceras. Faltan varios días al mes por problemas de salud, Es el precio por
tener el “estilo de vida apropiado” de acuerdo a su “status”.
Eduardo posee el mismo cargo que Juan y Sofía
dentro de la misma corporación, pero a diferencia de ellos, no se mata
trabajando. Suele dedicar un pequeño espacio en su vida para planificar sus
ingresos y realizar inversiones, está al tanto de las ofertas y descuentos que
aparezcan, compra ropa no exclusiva pero sí cómoda y a su gusto pues considera
que lo más importante de todo no es la vestimenta sino la personalidad de quien
lo lleva (Eduardo es una persona cuya alegría y energía al momento de ingresar
a cualquier habitación es tan intensa que es imposible no cerrar un negocio con
él). Hace poco adquirió un bello auto de segunda mano el cual únicamente lo
utiliza los fines de semana para salir a pasear con la familia y cuando exista
en el trabajo algo que haga imprescindible su uso. Por lo demás usa el
transporte público, saliendo de su hogar a una hora adecuada y disfrutando en
dicho bus escuchando música, viendo su email o leyendo un buen libro. Suele
tener ingresos pasivos en base a sus inversiones (ingresos que no dependen de
tus horas de trabajo y que puedes obtenerlos así estés de vacaciones) y no
suele hacer muchos gastos los fines de semana con sus hijos (suele salir a
montar bicicleta y correr o jugar pelota con ellos los fines de semana). Eduardo
tiene un excelente nivel crediticio pero nunca se endeuda, paga todo al contado
y por lo general no con el dinero de su sueldo sino con la rentabilidad de sus
inversiones. Eduardo hace que el dinero trabaje y funcione en base a sus
intereses, hace deporte, vive y pasa más tiempo con sus hijos y familia, juega
con ellos, duerme más y mejor. Eduardo casi nunca se enferma, hace deporte y
descansa tranquilo.
¿Cuántas veces solemos mantener un estilo de vida
alto que no representa un mayor placer sino muchas más horas de stress y
trabajo para conseguirlo?. ¿Cuánto de ese gasto que hacemos es para sembrar una
apariencia externa y recibir una aprobación en lugar de darnos el tiempo para
reforzar y darle mayor salud a nuestro interior?, ¿Cuántos de estos gastos es
para vivir nuestra propia vida o es para mantener el estilo de vida que nos
dice la calle que debemos tener?¿Cuánto es para vivir TU propia vida?.
Es hora que revises tu estilo de vida y consideres
si los gastos que realizas es para satisfacer únicamente tu ego y vivir
dependiente del reconocimiento de los demás sobre ti o es simplemente para
poder vivir y tener lo suficiente (ni más ni menos) para disfrutar de mayor
tiempo de tu vida y estar con tus seres queridos y contigo mismo. Tú decides.